miércoles, 27 de mayo de 2015

TIERRA QUEMADA


Cuando una entidad lanza una Oferta Pública de Adquisición de Acciones (OPA) de tipo hostil sobre una sociedad, esta última puede tratar de defenderse tomando decisiones lesivas para la marcha de la sociedad mientras es acosada. Cuando se consigue el control por parte de la entidad oferente, el deterioro de la sociedad afectada ya es manifiesto.
La sociedad afectada se ve acosada de tal manera, y siente tal animadversión hacia la entidad oferente, que decide liquidar todos sus activos, prescindir de sus mejores ejecutivos, renunciar a sus mejores contratos, etc., a fin de que cuando la entidad oferente triunfe, se encuentre con que en vez de una empresa, compra una "cáscara vacía". En el fondo, es el "recurso del pataleo", pero por lo menos el consejo saliente sentirá la satisfacción de haber causado daño a su oponente.
Asimismo, y en la medida de lo posible, el consejo puede tratar de descapitalizar la empresa, pidiendo financiación a entidades financieras, cuyo único objetivo es pagar un dividendo extraordinario de elevada cuantía a los actuales accionistas, y que cuando la entidad oferente llegue a controlar el consejo de la entidad, se encuentre con que tiene tal nivel de endeudamiento que la empresa vale mucho menos de lo que ha pagado por ella.
Cuando una entidad lanza una Oferta Pública de Adquisición de Acciones (OPA) de tipo hostil sobre una sociedad, esta última puede tratar de defenderse tomando decisiones lesivas para la marcha de la sociedad mientras es acosada. Cuando se consigue el control por parte de la entidad oferente, el deterioro de la sociedad afectada ya es manifiesto.
La sociedad afectada se ve acosada de tal manera, y siente tal animadversión hacia la entidad oferente, que decide liquidar todos sus activos, prescindir de sus mejores ejecutivos, renunciar a sus mejores contratos, etc., a fin de que cuando la entidad oferente triunfe, se encuentre con que en vez de una empresa, compra una "cáscara vacía". En el fondo, es el "recurso del pataleo", pero por lo menos el consejo saliente sentirá la satisfacción de haber causado daño a su oponente.
Asimismo, y en la medida de lo posible, el consejo puede tratar de descapitalizar la empresa, pidiendo financiación a entidades financieras, cuyo único objetivo es pagar un dividendo extraordinario de elevada cuantía a los actuales accionistas, y que cuando la entidad oferente llegue a controlar el consejo de la entidad, se encuentre con que tiene tal nivel de endeudamiento que la empresa vale mucho menos de lo que ha pagado por ella.


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